Cinco mujeres fundamentales en la historia del MSSA
Las mujeres han sido fundamentales en la historia del MSSA. Aquí recordamos a cinco de ellas, que por su trabajo, valentía y compromiso, han dejado un legado de valor patrimonial difícil de calcular; una colección internacional de arte moderno y contemporáneo en un museo de solidaridad, cuyo modelo atípico se sostiene hasta hoy como el único en su clase todavía activo en el mundo.
Son muchas más las mujeres que colaboraron desde distintas esferas y acciones en la fundación y la sobrevivencia de este Museo en todas sus etapas históricas, teñidas por los colores de épocas convulsas y de trabajo intenso.
Como una manera de homenajearlas, tanto a las más reconocidas como a aquellas que han quedado en el anonimato, el MSSA comparte lo que fue la participación de cinco mujeres cuyo trabajo y compromiso fueron vitales para su fundación, desarrollo, resistencia y reorganización en cada etapa de su historia. Mujeres poderosas cuyos gestos viven y resuenan en el Museo actual y, que con él se proyectan hacia al futuro.
Miria Contreras (1928 – 2002)
Fue parte fundamental del grupo que hizo posible la segunda etapa del Museo en resistencia, conocido como el MIRSA. Gracias a las relaciones que tenía en varios países del mundo -debido a sus lazos diplomáticos heredados desde la Unidad Popular y a la dispersión mundial de chilenos en el exilio-, pudo relacionarse con personalidades culturales y políticas influyentes en varios países de Europa y de América Latina, muchos de ellos parte de los comités para ir en apoyo del Museo en su nueva etapa.
Con Mário Pedrosa en la dirección, el Secretariado General del MIRSA, fundado en París en 1975, reunió a quienes habían sido autoridades de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y del IAL antes del golpe. Miria o “Paya” como la llamaban sus cercano, asumió el secretariado ejecutivo desde La Habana, contando con el apoyo institucional de la Casa de las Américas.
La tarea principal del MIRSA además de reunir obras de arte donadas para la resistencia chilena, era organizar exposiciones para denunciar los horrores que se cometían en Chile. Miria, coordinó tanto la constitución de los diferentes comités a través del mundo, como las actividades transnacionales del Museo.
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Carmen Waugh Barros (1932 – 2013)
Galerista y gestora cultural de decidido compromiso en la difusión del arte nacional y Latinoamericano, se involucró en la historia del MSSA desde su fundación. Fue la encargada de relaciones del IAL entre 1968 y 1972, desde donde colaboró con Mário Pedrosa y el filósofo chileno Miguel Rojas Mix en la recepción de las obras que llegaban como donaciones para este Museo en formación.
El golpe de Estado la sorprendió en Madrid, desde donde trabajó en la reorganización del Museo en el exilio, convocando y reuniendo nuevas donaciones para el MIRSA. Obtuvo importantes obras de artistas como Joan Miró, Víctor Vasarely, Carlos Cruz-Diez y Jesús Rafael Soto. Al mismo tiempo, a inicios de los 80, trabajó en la formación de otra colección solidaria, la del Museo de Arte Latinoamericano Julio Cortázar, en Nicaragua, tomando como ejemplo al Museo de la Solidaridad
De regreso en Chile, fue directora del MSSA entre 1991 y 2005, donde encabezó la gestión del traslado de las donaciones desde el extranjero, la recuperación de las obras que quedaron en el Museo de Arte Contemporáneo en Chile, la incorporación de artistas chilenos a la colección, la itinerancia de la colección por Chile, la creación del inventario y, la recuperación de documentos y obras que reconstruyen la memoria del Museo y su colección.
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María Eugenia Zamudio (sin data – 2015)
Secretaria ejecutiva del Instituto de Arte Latinoamericano (IAL) de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile entre 1968 y 1973. María Eugenia jugó un importante rol administrativo en la gestión del proyecto original del Museo de la Solidaridad. Fue clave en la labor de apoyo de su Comité Ejecutivo, encabezado por el crítico de arte brasileño Mário Pedrosa y el cineasta uruguayo Danilo Trelles.
Al comenzar la dictadura, ayudó a proteger parte de las obras del Museo en clandestinidad. Cuando éste se reorganizó en el exilio como Museo Internacional de la Resistencia Salvador Allende (MIRSA), formó parte del Comité de apoyo español formado en Madrid, junto a Ricardo Mesa, Carmen Waugh y personas de la esfera intelectual chilena y española. Al regresar del exilio asumió la dirección de la Casa Museo Pablo Neruda en Isla Negra, a la que dedicó casi veinte años.
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María Virginia Vidal (1932 – 2016)
Periodista del diario El Siglo y autora de la columna de cultura “No solo de pan…”, es a quien el Museo debe buena parte del archivo de noticias de su etapa de formación. En aquellas épocas el Museo de la Solidaridad enfrentaba dificultades comunicacionales ya que pocos medios chilenos se interesaron sistemáticamente en sus actividades o en la conformación de su Colección. Virginia siguió constantemente el desarrollo del Museo, generando artículos periodísticos sobre los avances.
Adicionalmente fue encargada de prensa del IAL desde 1971 a 1973. Tras el golpe de Estado y la muerte de su amigo Pablo Neruda, asistió a la viuda del poeta, Matilde Urrutia, en la organización de su legado hasta que en 1976 se exilió en Yugoslavia. Colaboró en Radio Moscú y luego fue su corresponsal desde Venezuela, donde también se dedicó a la crítica de arte y de literatura antes de regresar a Chile en 1987. Publicó varias novelas y escribió casi hasta sus últimos días.
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Dore Ashton (1928 – 2017)
Historiadora de arte, curadora y escritora estadounidense. Fue la figura femenina del mundo del arte internacional más importante que colaboró con el MSSA, y ha sido considerada una de las críticas más reconocidas y con mayor influencia en el mundo.
Fue parte del Comité Internacional de Solidaridad Artística con Chile (1971-1973), encabezado por Mário Pedrosa, con quien colaboró en la formación de la Colección del Museo de la Solidaridad en sus inicios, aportando en la gestión con artistas de Estados Unidos. En este rol, Dore creó lazos con artistas por cuyas donaciones la incipiente institución ganó prestigio y reconocimiento.
De igual manera, en los meses posteriores al golpe de Estado en Chile en 1973, lideró la campaña de recuperación de las obras donadas al Museo de la Solidaridad, ya que no podía aceptar que aquella colección estuviera en manos de la Junta Militar. Si bien la iniciativa no prosperó, mantuvo su apoyo a Chile y su condena a la violación de los derechos humanos que ocurría en el país. Recibió numerosos premios, como el Frank J. Mather de crítica de arte de la College Art Association (1963) y el premio de la Fundación Ford (1965).
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