La dictadura ocultó este proyecto en Chile, el cual revivió en 1975 en el extranjero bajo un nuevo emblema, la “Resistencia”. Las donaciones de este periodo son el resultado de la reorganización en el exilio del comité que operó en Chile para la recepción de las obras hasta 1973, y su funcionamiento descentralizado a través de comités de apoyo instalados en diversos países, coordinados desde Francia y Cuba. Muchos artistas volvieron a donar una segunda obra al Museo y con ello perpetuaron el espíritu solidario del proyecto. Así lo hicieron Joan Miró, Alexander Calder, Eduardo Chillida, Carlos Cruz-Diez, Rafael Canogar y Victor Vasarely, entre otros. A ellos se sumaron artistas como Antoni Muntadas, Wolf Vostell, Jesús Soto, Julio Le Parc, Pierre Soulages, Wilfredo Lam, Valie Export y Kjartan Slettemark. Este período, que abarca la década los 70 y 80’s, está marcado por la diversidad y el contraste de las obras donadas, lo cual complejiza el carácter de este conjunto. Junto donaciones de artistas consagrados se suman obras de autores de menor trayectoria y piezas de origen popular e indígena, como es el caso de las molas panameñas donadas por el pueblo Guna.

También destaca la participación que tuvieron los artistas en el funcionamiento del museo no sólo donando obra sino como agentes activos del proyecto. Se sumaron voluntades y redes de contacto de diverso origen: sindicatos de artistas vinculados o no a partidos políticos, chilenos en el exilio; iniciativas personales de intelectuales, curadores, políticos, etc. Lo importante para el museo durante este periodo era poder itinerar las obras por distintas ciudades como instancias de propaganda y denuncia. A los países que ya habían donado se suman Argelia, Finlandia, Suecia, Bulgaria, Colombia, Panamá, Polonia y Unión Sovietica, entre otros. Del conjunto de obras donadas contamos en la actualidad con 1179 obras aproximadamente, en su mayoría pinturas y grabados, le siguen dibujos y esculturas, repitiéndose también las otras tipologías ya existentes en “Solidaridad”: collages, fotografías y textiles. Éstas fueron producidas principalmente a mediados de la década de los 70, y por ello, en el caso de las obras neofigurativas, abordan particularmente la dictadura en Chile y la violación a los derechos humanos, como también contextos de opresión política en otros lugares, la guerra de Vietnam, la guerra fría, sus líderes políticos y la era espacial en el caso de la Unión Sovietica.

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