La segunda asamblea experimental del ciclo La Bulla estuvo dedicada a un tema que por estos días resuena mucho en Chile y en toda la región: Venezuela y su gente. El encuentro, titulado Venezuela migrante. Peces del Guaire, los que nadaron hacia otro río fue producido por Beca Migrante y el Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA). Convocó a los venezolanos que residen en Santiago, una comunidad que se hace cada día más notoria y que también está regada por otros lugares del mundo, a raíz de un inédito fenómeno migratorio, debido a la crisis política, económica y social que atraviesa el país.

Las prácticas artísticas y el uso del cuerpo, específicamente el performance como lugar simbólico de protesta, permearon las manifestaciones que se desarrollaron a principios de año en Venezuela, en contra del estado de cosas y las políticas del gobierno de Nicolás Maduro. Una de estas expresiones fue Peces del Guaire, proyecto del Colectivo Desarmado. En esta ocasión, Beca Migrante invitó a sus creadores precisamente para abordar esta situación, dialogar en conjunto y guiar una conversación entre los venezolanos migrantes y quienes los reciben, para darle forma de asamblea. La crisis, la migración, los cambios y el movimiento, fueron los ejes catalizadores de una jornada poética y política.

“El proyecto surgió a raíz de un desafortunado hashtag (#) promovido por el propio Ministerio de Cultura, justo después de uno de los días más críticos de las protestas, cuando los manifestantes no tuvieron otra opción que cruzar el río Guaire para huir de la represión policial. Desde el Ministerio pusieron a rodar una gráfica por redes sociales con la frase “Al Guaire lo que es del Guaire”, un río que atraviesa Caracas y que está altamente contaminado. Estábamos muy molestos con todo lo que pasaba, pero ver esta frase montada sobre las fotos de ese día, que ya son muy fuertes, nos tocó la fibra artística. No podíamos creer que la máxima institución cultural del país se expresara así, es inaceptable e inhumano. Entonces fue una explosión que terminó en este proyecto que es muy político y que mezcla poesía, performance, teatro y música”, cuenta Jennifer Gásperi, cabeza del proyecto junto a Willy McKey y José Alejandro España.

Casi seis meses después de echar a andar el proyecto en Caracas, la experiencia pudo replicarse en Santiago, donde viven 30 mil venezolanos, según cifras oficiales. El encuentro inició con un ejercicio que consistió en vendar los ojos de los asistentes para registrar sus reacciones y corporalidad, ante un archivo sonoro -muy sensible- producido por el Colectivo Desarmado. También hubo una instancia para experimentar con la comunicación a través de Whatsapp, entendida como una herramienta fundamental y útil en la vida de las personas que están lejos de sus familiares, en otras latitudes.

Luego hubo espacio para debatir en torno a esta realidad, además de escuchar las historias personales de los asistentes y hacer una revisión “que comienza con la experiencia de ser extranjeros, de ser peces que nadaron hacia otro río, pero sobre todo, una revisión que busca adentrarse al concepto real o ideal de país, de lo que significa irse y de las razones para hacerlo”, como sugirió Airam Fernández, parte de Beca Migrante, a modo de introducción a la asamblea, realizada en el marco de la exposición Muros Blandos. Ser entre bordes, inaugurada en septiembre en el MSSA.

El ejercicio final de la jornada, después de casi dos horas de intercambio de experiencias, visiones y opiniones sobre la realidad venezolana y la realidad de los migrantes, devino en la escritura colectiva de un poema, editado en vivo y a distancia por los artistas venezolanos, a través de un documento de Google Drive. Todos los participantes escribieron un verso, inspirados en la energía del agua y del mar, pero también movidos por la conversación que acababa de ocurrir. A propósito de eso, se les pidió a cada uno que resumiera en una palabra lo que acaba de experimentar. Agradecimiento, empatía, afecto, sinergia, comunidad, tibieza, libertad, conexión, catarsis y amor fueron algunos de los resultantes.

Para que el ejercicio saliera del museo, se acordaron varias acciones, propuestas por el Colectivo Desarmado y por Beca Migrante. Una de ellas fue la de compartir el poema con al menos tres personas que hayan migrado, durante esta época de conflicto o no, para registrar sus reacciones. También surgió la propuesta de escoger uno de los versos de este poema, escribirlo en la cinta con la que vendaron sus ojos al inicio de la asamblea y posteriormente anudarla en cualquier parte de la ciudad. El registro fotográfico de esta acción puede rastrearse en Instagram a través del hashtag (#) #PoemaEnRespuestaAlAgua.

 

Sobre Beca Migrante

Beca Migrante nace en 2015, desarrollando actividades artísticas, comunitarias y académicas, en base a una contingencia: la migración. En estos dos años, un equipo multidisciplinario y multinacional -de artistas, profesores, arquitectos, antropólogos, escritores, fotógrafos, periodistas y geografos- ha levantado dos activaciones. En la primera, entregamos una actualización de conocimientos en arte contemporáneo a partir del trabajo de autobiografías migrantes, y en la segunda, quisimos llevar esas autobiografías a dialogar con sus entornos, dando un carácter comunitario al proyecto. En cada versión se ha levantado una muestra: la primera, en el Museo Nacional de Bellas Artes, y la segunda, en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA). Actualmente estamos trabajando en la convocatoria para una tercera activación, en la que cambiaremos nuestra metodología, planteando un proyecto creativo y colaborativo, que promueva la discusión y el debate sobre el derecho humano de migrar y poder moverse.

 

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