Desde la donación de su obra Isfahan III en 1972, el artista estadounidense Frank Stella mantuvo constante relación con el Museo de la Solidaridad Salvador Allende y fue partícipe en la ejecución de diversas actividades y proyectos. Hoy recordamos con agradecimiento su legado artístico.
El pintor y grabador Frank Stella (EE.UU, 1936 – 2024) fue uno de los artistas fundamentales del arte estadounidense de la posguerra. Se formó en la Universidad de Princeton donde tuvo como profesores al pintor Stephen Greene y al historiador del arte William Seitz, quienes le mostraron las galerías de arte de Nueva York, lugar donde se vió inspirado por el expresionismo abstracto de artistas como Jackson Pollock y Franz Kline.
A lo largo de su carrera artística destacó por ser un pintor inquieto e innovador, pasando de crear minimalistas pinturas de color negro a explorar el color, las líneas y formas en formatos de gran escala, como también crear grabados y esculturas.
Isfahan III: una donación monumental
En 1972, la crítica de arte Dore Ashton gestionó la donación de artistas estadounidenses al Museo de la Solidaridad, entre ellos Frank Stella quien donó la que hoy es una de las diez obras más destacadas de la Colección MSSA: Isfahan III (1968), parte de la serie Protractor, uno de sus proyectos más ambiciosos.
La obra, de grandes dimensiones y forma irregular, llegó a Santiago en 1972, y fue exhibida por primera vez en Chile el año siguiente, en la segunda muestra del Museo de la Solidaridad realizada en el MAC de Quinta Normal. Después del golpe, y durante la dictadura, la obra fue guardada sin su bastidor en el edificio del Museo de Arte Contemporáneo en Parque Forestal, doblada y olvidada.
El lienzo fue encontrado en 1991, tras la vuelta a la democracia, durante el proceso de recuperación de las piezas donadas al Museo de la Solidaridad, y fue exhibida a público en la muestra de reinauguración del MSSA en Chile, realizada en el Museo Nacional de Bellas Artes, en un bastidor provisorio.
Frank Stella y su relación con el MSSA
El vínculo del artista con el Museo no se limitó a la donación de su obra. En 1993, en una carta acompañada de un dossier de fotografías, Stella propuso al MSSA un proyecto arquitectónico y otro escultórico a la entonces directora del MSSA, Carmen Waugh.
Pese a que los proyectos no fueron ejecutados debido a dificultades presupuestarias, Stella siguió en contacto con el Museo. En marzo de 2000, viajó a Chile y se reencontró con su obra en la inauguración de la primera sede oficial del MSSA. Cinco años más tarde, realizó una charla gratuita dirigida a artistas gráficos en el Taller de grabado que tenía el Museo. En la instancia compartió su experiencia con el grabado y el trabajo de colaboración con su impresor, Kenneth Tyler.
Ya en 2019, debido a la relevancia de Isfahan III, la pérdida de su bastidor original tras el golpe de Estado de 1973 y la deficiencia estructural y estética de éste, el Museo inició la ejecución del Proyecto Stella, un proyecto restauración que se llevó a cabo gracias al apoyo de la Fundación Getty.
En este contexto es que ese mismo año una comitiva del Museo, conformada por Camila Rodríguez, conservadora jefa, Caroll Yasky, coordinadora y curadora de Colección y Claudia Zaldívar, directora del MSSA viajaron a Nueva York donde se reunieron con Christine Fröhner, conservadora asesora del proyecto para entrevistar al artista. En esa instancia, Stella aportó con valiosos datos específicos y técnicos para el proceso de conservación de Isfahan III.
“Frank Stella nos recibió en su taller y fue una instancia muy emocionante. El objetivo de la visita era rescatar su testimonio de la donación que realizó al Museo en los ’70. Nos expresó su gratitud por el tratamiento especial que el MSSA ha dado a su pintura, una obra ícono de la colección que para nosotros es un honor resguardar”, comenta Claudia Zaldívar.
Actualmente, la obra Isfahan III de Frank Stella es exhibida en el Museo como parte de la exposición “CUERPOESCULTURA: La memoria desde la urgencia del presente”.
Enviamos nuestro más sentido pésame a sus familiares y cercanos, y agradecemos el compromiso de Stella con el proyecto del Museo de la Solidaridad en sus distintas etapas.