Alrededor de 15 niñas y niños participaron de este taller que promovió el pensamiento crítico, reflexivo y creativo en torno a la ecología. A través del juego, la colaboración y la experimentación con técnicas textiles, crearon una obra colectiva a partir de materiales reciclados.
Inspirados en la exposición Un vórtex flotante de residuos plásticos, de la artista Macarena Rioseco, el Programa de Mediación del MSSA realizó el pasado 25 y 27 de julio el Taller de invierno 2025 Bordando mareas. Este encuentro creativo y ecológico contó con la participación de niños y niñas, de entre 6 a 12 años, quienes se embarcaron en un viaje que combinó juego, arte y reflexión en torno al mar, los residuos y la creación colectiva.
La primera jornada comenzó en el antejardín del museo y fue guiada por Yenny Díaz, encargada de Mediación del MSSA, junto a los pasantes y practicantes del área de Programas Públicos: Cristhián Vilches, Amparo Ojeda, Ashley Llanos y Anastacia Zamora. Al entrar al Museo niños y niñas escucharon un cuento que, por medio del movimiento, el sonido y la interpretación, les invitó a imaginar cómo suena la espuma del mar, cómo se mueve la marea y qué secretos guarda el océano.
Tras adentrarse en el mundo marino, exploraron las salas de la exposición. Al observar las obras y escuchar con atención cada sonido, se abrió un espacio para compartir vivencias y emociones.
Luego, reunidos bajo el gran vórtex tejido con residuos plásticos, se dividieron en dos grupos para participar en un juego de entrevista a la artista. Unos representaban a los seres del mar —quienes conocían el océano pero no el arte— y otros a los marcianos —que no conocían el mar—. La dinámica consistió en preguntarle a la artista humana por el arte y el ecosistema.
Preguntas como “¿Qué podemos hacer para que haya menos desechos en el mar?”, “¿Cómo es el mar para ti?” y “¿Por qué te gusta hacer este trabajo?” resonaron en la sala a través de un micrófono y fueron respondidas una a una por la artista Macarena Rioseco por videollamada.
Terminada la conversación, aprendieron la técnica de reutilización de bolsas plásticas para crear ovillos que la artista utilizó para la creación de su obra Vortex (2024). Luego, cada niño y niña dibujó un boceto que ilustraba su conexión con el mar, reflexionando sobre las formas de observar, sentir representar las corrientes, el oleaje y las mareas.
Puntadas recicladas
En la segunda jornada, niños y niñas regresaron entusiastas y recordaron lo vivido en la sesión anterior: el mar, los dibujos y los hilos plásticos. Al subir a la exposición, se encontraron con todos sus bocetos exhibidos. Uno a uno fueron retirando sus dibujos para comenzar a poner en práctica lo aprendido la sesión anterior y bordar sus creaciones.
Entre risas y concentración, cada participante bordó gaviotas, sirenas, peces, olas, soles y paisajes marinos, añadiendo detalles con témperas de distintos colores. Al finalizar la jornada, se montaron las piezas una al lado de la otra para observar cómo sus propias creaciones se transformaron en una composición colectiva sobre los imaginarios, recuerdos, emociones y memorias sobre el mar.
Para que pudieran seguir explorando y creando con la técnica, cada participante recibió un kit con materiales para llevar a sus casas.
Esta experiencia permitió que niñas y niños reflexionaran sobre sus propias prácticas y cómo estas impactan en el entorno natural, desde una mirada sensible, creativa y ecológica.
¡Muchas gracias por la participación!