La muestra reúne esculturas, textiles, pinturas, fotografías, performances y registros audiovisuales de artistas como Elías Adasme, Alexander Calder, Ester Chacón-Ávila y Lygia Clark. Incluye homenajes a figuras clave vinculadas a la historia del museo y una sección especial dedicada a las obras desaparecidas durante la dictadura, demostrando cómo el arte conmueve, inspira compromisos y mantiene viva la memoria. 

Impulsada por el espíritu de afecto y compromiso que dio origen al Museo de la Solidaridad Salvador Allende, el próximo 10 de octubre a las 18:30 hrs, se inaugura la exposición Del amor que mueve el sol y las otras estrellas, curada por la historiadora del arte Amalia Cross. Esta exhibición aborda el movimiento que inspiró a un grupo de artistas a crear y donar obras a la Colección MSSA con el propósito de constituir un museo en nombre de la solidaridad.

Cecilia Vicuña, fotograma de Sol y Dar y Dad, Una Palabra Bailada, 1980 (2015). Préstamo cortesía de la artista y Electronic Arts Intermix (EAI), NY. Imagen: © 2025 Cecilia Vicuña

Las obras seleccionadas se despliegan como una constelación que invita al público a explorarlas, interactuar con ellas y replantear su vínculo con el arte y la sociedad. Esculturas, textiles, pinturas, grabados, collages, fotografías, dibujos, performances, poemas, instalaciones, videoarte y registros audiovisuales se entrelazan para revelar cómo la Colección MSSA moviliza afectos, compromisos y memorias, acercando el arte a la vida y transformándola.

El título de la exposición es un verso de Raúl Zurita, tomado de La divina comedia de Dante, que concibe la vida como un viaje en movimiento impulsado por una fuerza capaz de mover los astros: el amor. Amalia Cross, curadora de la exposición, asegura que esta idea le permitió “comprender mejor qué es lo que nos moviliza, lo que nos mueve en la vida y, por ende, conmueve en el arte. La lectura de poesía, en este sentido, fue clave para armar la exposición, así como los actos poéticos que la ponen en marcha”.

Amalia Cross (Viña del Mar, 1989) es historiadora del arte, curadora y profesora del Instituto de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Durante su carrera se ha dedicado a escribir, investigar y hacer exposiciones sobre arte chileno. Ha sido curadora de las exposiciones Carlos Leppe, el día más hermoso (MNBA, 2024), El museo en tiempos de revolución (MNBA, 2019) y autora del libro Álvaro Guevara. La tela, el papel y el cuadrilátero (Mundana, 2019), entre otras publicaciones.

En nombre de la solidaridad

Hélio Oiticica, “Capa 25 P32 Ptpo”, from the Parangolés series, 1972, photographic registry on paper, 11,1 x 7,8 cm. MSSA Collection. Image: Courtesy of the artist’s estate representative.

Del amor que mueve el sol y las otras estrellas revisa una historia marcada por la capacidad del arte de conmover, movilizar y transformar las formas de mirar el mundo a través de obras de la Colección MSSA, como también de piezas en préstamo por parte de colecciones particulares e instituciones como el Museo de Arte Contemporáneo de Fac. de Artes de la Universidad de Chile; la Fundación Lotty Rosenfeld; Fundación García Uriburu y Azul García Uriburu; y artistas vinculados al proyecto como Ester Chacón, Paz Errázuriz y Cecilia Vicuña. 

Su museografía, a cargo de las diseñadoras María Paulina Montero y María Cristina Adasme —integrantes del Estudio de diseño expositivo Segundo Nombre— propone un montaje minimalista que suma archivos, documentos y registros a través de diversos soportes para evidenciar la participación activa de artistas en la vida política y social, así como su permanente búsqueda por acercar el arte a las comunidades. El cuerpo, la danza, la música, el juego, se vuelven centrales en trabajos de Valie Export, Hélio Oiticica, Yoko Ono o Juan Downey, mientras que otros —como Nicolás García Uriburu y Lotty Rosenfeld— llevan el arte a la ciudad como gesto político. 

“Cada pieza me permitió explorar en la solidaridad como concepto fundamental para encontrar en ellas —y en sus historias en relación con el museo— los afectos que la generan: el apoyo, el compromiso, la generosidad, la admiración, y, más profundamente, el amor. Todos estos son afectos y emociones vitales que, sin embargo, hoy parecen tan escasos”, cuenta la curadora. 

La curaduría también aborda principios que marcaron el desarrollo del arte contemporáneo, como la transformación y participación, visibles en obras que, desde materiales dúctiles como placas metálicas o papel, proponen una relación más cercana entre público y creación. Desde los años sesenta, esta apertura constituyó una práctica colectiva de libertad capaz de generar cambios, tal como sugieren los móviles de Alexander Calder inspirados en la rotación de los astros o las revoluciones sociales y artísticas que abren nuevas formas de ver y sentir las obras de arte.

En este recorrido se rendirán además dos homenajes: a la artista chilena Ester Chacón, quien desde su exilio en Francia transformó los textiles en esculturas vivientes, concebidas para ser habitadas por cuerpos; y a las brigadas muralistas que desde los años sesenta convirtieron el muro en un espacio de expresión política y colectiva. Su auge llegó con la Unidad Popular y, pese a la censura y persecución durante la dictadura, continuaron su labor en el exilio. Su legado persiste en la fuerza de una estética reconocible y en la convicción de que pintar muros es un ejercicio de resistencia y memoria.

Una colección en latencia

Tras el golpe de Estado, muchas obras de la Colección MSSA se perdieron: algunas fueron destruidas, otras robadas, vendidas o desaparecidas. Aun así, permanecen en la historia del museo en un estado de latencia, a través de documentos, testimonios y fotografías. Gracias a la técnica de proyección mapping, dibujos de Leonora Carrington para vestuario teatral, serigrafías de Mathias Goeritz, una escultura de gran formato de Emilio Renart, una acción del Colectivo de Artistas Plásticos de Zaragoza y otras obras, serán parte de la muestra. 

Pese a no estar físicamente, estas piezas son fundamentales para entender la historia del Museo. “Son obras latentes que tienen una existencia “fantasmal” y el ejercicio de visibilizar su ausencia sirve para no olvidar. En este sentido, a partir de un universo mucho más amplio de obras, seleccioné aquellas que siguen los criterios y conceptos que articulan la exposición trabajando con ellas como con las otras obras: asumiendo que son parte del Museo en latencia mientras no sean recuperadas”, explica  Amalia Cross.

Esta exhibición cuenta con el auspicio  de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Henry Moore Foundation, Embajada de España en Chile, AECID y Centro Cultural de España. Colaboran con la muestra: Sucesión Antonio Caro y Casa Reigner, Colombia; Karin Grönlund, Suecia; L. M. Daniel Goeritz y Galería La Caja Negra Ediciones, España; Projeto Hélio Oiticica, Brasil; Centro de Estudio y Documentación, MACBA; Archivo del Colectivo Plástico de Zaragoza y de María Luisa Grau, España; Archivo de la Biblioteca de la Universidad Torcuato Di Tella, Argentina; Colección Archivo Fotográfico de la Biblioteca Nacional de Chile; Centro de Documentación de las Artes Visuales, CNAC, Chile. 

 

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