En el segundo semestre de 2020 comenzará la marcha blanca de uno de los proyectos digitales más ambiciosos del MSSA que dispondrá en una plataforma especializada más de 5 mil piezas documentales de diversos formatos. Mediante este proyecto, financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes Convocatoria 2019, la historia del museo estará pronto disponible a través de Internet.
Desde sus inicios en 2014, el Archivo del Museo de la Solidaridad Salvador Allende ha tenido una vocación de apertura al público y acceso sin restricciones a la información que resguarda, que incluye más de 10 mil piezas documentales fechadas desde 1971. La historia atípica del museo vive en un acervo compuesto por cartas, fotografías, recortes de prensa, catálogos, publicaciones y documentación administrativa, ligados a las donaciones de obras que recibió el museo por parte de artistas de más de 24 países.
Con el proyecto Fondart, “Acceso digital, redes de investigación y recursos en línea: un enfoque contemporáneo para la valorización del Archivo MSSA”, el museo obtuvo recursos para el desarrollo de un proyecto integral que incluye la implementación de la plataforma especializada, la digitalización de catálogos históricos, la generación de un catastro de investigadores, además de la creación y difusión de curadurías digitales con narrativas apoyadas en documentación.
El motor del proyecto es la plataforma de código abierto, CollectiveAccess (CA), una herramienta especializada creada en Nueva York para ir en apoyo de museos, archivos y colecciones especiales. Contiene un software de gestión y presentación en la web que tiene como núcleo una base de datos relacional, que facilita la catalogación y la búsqueda entre otras posibilidades dentro de estas colecciones.
“El Archivo y la Colección del museo dialogan y se entrelazan, y es importante para el museo mantener ese nexo”, dice María José Lemaitre, Coordinadora del área y agrega, “cuando empezamos a buscar un software que apoyara esa labor de conectar estas dos colecciones apareció el CA. Al ser un código informático libre, abierto y gratuito, nos inscribimos en una comunidad de conocimiento que busca un desarrollo permanente y solidario”, dice.
Una sola plataforma para todo
Los inicios del proyecto se fueron dando en la medida que el Archivo se fue sofisticando y evolucionando en torno a la necesidad que tenían los usuarios de revisar los documentos en forma no presencial, además la urgencia del área de mejorar el control sobre quienes revisaban esas piezas documentales. El archivo, dividido en tres fondos documentales pertenecientes a los tres periodos del museo: Museo de la Solidaridad (1971-1973), Museo Internacional de Resistencia Salvador Allende (1975-1990) y MSSA (1991-hoy), cuenta con más de 50 consultas especializadas al año y a lo largo del tiempo ha contribuido directa o indirectamente a más de 200 investigaciones.
“Necesitábamos un sistema que permitiera realizar en una sola plataforma el workflow de los procesos desde el momento en que las piezas llegan a la institución hasta que se ponen a disposición de los usuarios y enriquecer las descripciones mediante un sistema relacional entre Archivo, Biblioteca y Colección”, cuenta Isabel Cáceres, archivera, respecto del desafío a la hora de encontrar el sistema adecuado y de aprovechar las peculiaridades del sistema.
En el 2017, Isabel Cáceres visitó el Archivo del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA) y escuchó hablar por primera vez de CA. Poco tiempo después, conoció a la que hoy es la asesora para el MSSA en su implementación, la bibliotecóloga y archivista Melina Cavalo de Fundación Espigas, institución que posee el mayor registro de arte argentino y latinoamericano. Desde su fundación en 1993 su centro de documentación ha crecido llegando a los casi 300 mil recursos y es hoy el más grande de Latinoamérica.
En 2018 comenzaron a preparar el proyecto con el que postularon al Fondart para introducirlo al MSSA. Espigas es una de las pocas instituciones que utiliza este software en la región y no teniendo otro referente entre los museos al cual observar en Chile, el MSSA se preparó para innovar. Con la adjudicación del fondo a mediados de 2019, el equipo integrado por los profesionales del Archivo MSSA —sumándose el encargado de acceso y difusión del Archivo, Sebastián Valenzuela-Valdivia—, inició la asesoría con Melina Cavalo, junto al ingeniero en desarrollo Antonio Pardo y el apoyo del área de Comunicaciones del museo.
Trabajar con CA
“Uno de los aspectos relevantes de CA que nos llamó la atención es la visualidad que tiene, su interfaz amable y atractiva. Estéticamente es muy contemporáneo, lúdico en la forma en la que te relacionas con los documentos”, dice María José Lemaitre. Por otro lado, destaca el aumento del nivel de interacción con el visitante, pues éste podrá dejar sus comentarios y aportar con información a documentos en particular. “Será una retroalimentación con el público de mejor calidad respecto a lo que podrías tener en la sala de consultas presenciales en la mayoría de los archivos de museos de Chile”, agrega.
La plataforma considera a los investigadores como usuarios digitales y sujetos activos respecto al acervo, y no observadores pasivos. “Ese concepto está mucho más ligado a las redes y a lo digital y es mucho más complejo de aplicar cuando estás en un ámbito donde el contacto con el material es físico”, dice Sebastián Valenzuela-Valdivia. Agrega que “mediante una cuenta de usuario, el investigador podrá generar sus propias colecciones de documentos, contando con carpetas personales que pueden ser revisadas e intervenidas”, dice.
Siguiendo otras experiencias de investigación en entornos colaborativos, la plataforma facilita que el usuario comparta enlaces de documentos con otros usuarios, lo que ampliará las posibilidades de colaboración a través de “una navegación y una vinculación mucho más rizomática y masiva de lo que te permiten actualmente otros software”, indica Sebastián. Para cimentar la relación con una comunidad de investigación y realizar un seguimiento de las investigaciones, se está contactando a investigadores nacionales e internacionales en arte, cultura y política, que han consultado el Archivo en los últimos años.
Respecto a sus potencialidades en el uso interno de la gestión de Archivo, está la capacidad de permitir mayor control y normalización de los procesos sobre los documentos a lo largo de todo su ciclo vital. “Eso es fundamental para un archivo y actualmente la tecnología usada solo permite hacer esos procesos de forma separada”, dice Isabel Cáceres. “CA en cambio tiene la capacidad de imbricar distintos procesos en una sola plataforma. A parte de poder administrar las distintas colecciones y los distintos tipos de objetos en ella misma, te permite aprovechar mucho más los datos que hay respecto de un objeto, de su trayectoria, de forma más rápida y eficiente. La recuperación de los datos es más rica”, dice.
Compartir y colaborar en digital
Son pocas las instituciones que han usado CA en Chile, una de ellas es la Cineteca de la Universidad de Chile. Considerando esto, parte de la aspiración del equipo de Archivo es compartir la experiencia, idealmente en un encuentro a fin del 2020. “Quisiéramos que no solo sea un momento para mostrar cómo nos ha funcionado el sistema sino también para poder hablar de nuestra experiencia en la elaboración de una Política de Archivo algo que a pesar de lo básico que parece, no existe en otras instituciones”, dice la coordinadora del Archivo.
Observando también la situación actual a la que ha llevado esta pandemia, donde millones de trabajadores en el mundo están encerrados en sus casas haciendo su trabajo conectados a internet, desde el contexto local es posible percibir la presión o el impulso que esto impondrá al desarrollo tecnológico en Latinoamérica, sobre todo a nivel de instituciones públicas. “Es interesante ver que la coyuntura nos demuestra que hemos estado trabajando en la dirección correcta”, dice Isabel Cáceres.
“Tan importante como tener fondos para desarrollar programas que hagan más inclusivo el museo y se abra, es importante pensar que tiene que haber fondos para el desarrollo del museo en el ámbito digital, estimulando nuevas investigaciones, nuevas apropiaciones”, dice María José Lemaitre.
El equipo del MSSA y sus asesores continúan en formato teletrabajo en la instalación de la nueva plataforma. Esperan que el segundo semestre pueda comenzar su marcha blanca. Por ahora, nos ofrecen una previsualización del módulo de descripción Providence en el que han estado trabajando.