En su primera muestra individual en Chile, la artista mexicana Teresa Margolles (Sinaloa, México, 1963) aborda la violencia que el sistema ha ejercido sobre los cuerpos, en forma estructural e histórica, a través de una serie de obras e intervenciones realizadas en Santiago y  la región de Atacama.

 

Luego de exhibir y haber obtenido mención honorífica en la 58º Bienal de Venecia y con decenas de exposiciones alrededor del mundo, Margolles expone en Chile una muestra creada especialmente para el Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Con la curaduría de Andrea Pacheco González (Santiago, Chile, 1970), la exposición La carne muerta nunca se abriga presenta una serie de obras que señalan la normalización de la exclusión social en la sociedad chilena y su anestesia mediática.

En este proyecto, Margolles investiga por primera vez el contexto local y el efecto de un modelo económico, considerado uno de los más desiguales del mundo, sobre los cuerpos de sus habitantes. A través de fotografías, videos, instalaciones, piezas cerámicas y textiles, la muestra invita a reflexionar sobre las consecuencias del capitalismo en relación a cuestiones como la falta de vivienda, la extracción minera o la llegada de poblaciones migrantes al país.

El nombre de la exposición proviene de una frase que le dijo Raúl Adriazola, un poeta y pirquinero con quien la artista conversó en Inca de Oro, antiguo centro minero cercano a la comuna Diego de Almagro, en la región de Atacama, donde desarrolló parte de su obra. “Esta carne muerta que nunca se abriga remite a ese frío que no se quita, al pesar, al cansancio. Al cuerpo visto como carne dentro esta maquinaria de desigualdades”, expresa la artista. 

 

Su obra en Chile

Producida por el MSSA, la primera exposición individual de Margolles en Chile es un proyecto inédito impulsado por el museo y que contó con el apoyo de la Macro Área de Artes de la Visualidad del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Durante tres viajes realizados al país entre 2018 y 2019, Margolles contó con la colaboración de habitantes de Santiago, Copiapó e Inca de Oro en la región de Atacama, para realizar una serie de acciones en lugares usualmente excluidos de la bonanza y el bienestar. 

“Fiel a su formación forense, la artista transforma el espacio público en un laboratorio. Con rigor minucioso recoge muestras, testimonios, restos de cuerpos y lugares que han permanecido históricamente fuera del festín del capital. Utiliza diferentes soportes para señalar el lugar donde se esconde la riqueza en el sur del mundo, secuestrada dentro de montañas huecas, retenida bajo la losa de una injusticia endémica”, escribió Andrea Pacheco González en el texto curatorial.
La carne muerta nunca se abriga se exhibe en seis salas del segundo piso del MSSA. En una de ellas, se muestra una instalación compuesta por dos sillones encontrados en la basura que fueron tapizados con una tela arrastrada por las calles de dos tomas de terreno: el campamento Juan Pablo II de Lo Barnechea y el campamento Esperanza Juvenil, del sector Altos de Andacollo en Copiapó, en diciembre de 2018. El registro de la acción, ejecutada por sus habitantes, se muestra en dos pantallas en la misma sala, dando testimonio de lugares que, en el caso de la población de Santiago, ya no existe y, en el caso de Copiapó, ha triplicado su cantidad de habitantes en menos de un año.

En la obra La Huella, que se emplaza en otra sala del museo, la artista dispuso sobre el muro una serie de “improntas de rostros” realizados en yeso, de personas de origen haitiano residentes en la Villa Pascual Gambino, de la comuna de Quilicura. Los testimonios que completan la instalación, registran las conversaciones en creole y castellano que se produjeron en las sesiones de trabajo.

En tanto, en el hall principal de la sala de la exposición, se exponen fotografías en gran formato del registro de la intervención realizada por Margolles en tres espacios: el ex Teatro Chile (Recoleta), ex Cine Garín (Quinta Normal) y en la casona deshabitada en avenida República (Santiago), colindante al Museo. En ellos, la artista dispuso en marquesinas y fachadas, la frase “El capital te culea”, con letras en acrílico rojo. La oración corresponde a la apropiación de la artista de un rayado encontrado en San Antonio de Táchira, localidad ubicada en la frontera entre Venezuela y Colombia. En medio de las imágenes, una pila de 3 mil afiches con esta frase han sido dispuestos para ser llevados por el público visitante. 

Complementan la muestra dos instalaciones que aluden a la desaparición de la minería artesanal y la figura del pirquinero, oficio casi extinto como consecuencia de la industrialización del sector en las últimas décadas. A través de audios, fotografías, video y una pieza textil, La exhumación da cuenta de la acción de desenterrar una tela de algodón, que fue resguardada por los pirquineros durante seis meses en uno de los cerros del sector Guías de California, ubicado en Inca de Oro, región de Atacama. En tanto, Fuente de frutas, se compone de dos fuentes de cerámica realizadas con una mezcla de barro y relave, obtenido en la zona de Las Palmas, Pencahue en la región del Maule.

“El trabajo de Teresa Margolles penetra en conflictos aparentemente locales pero que, sin embargo, afectan de forma transversal a casi todo el planeta. Aparece entonces el capitalismo en su fase necropolítica, es decir, un sistema de gobernanza paraestatal, centrado en el beneficio económico, con el poder de decidir quién puede vivir y a quién puede dejarse morir”, explica la curadora Andrea Pacheco González. Agrega que “la exposición se enmarca en la urgente necesidad de frenar la normalización de esta violencia, a la que tristemente se ha acostumbrado nuestra mirada”.

En tanto, la artista comenta que “las propuestas de mis piezas se basan en mi propio conflicto y manifiestan mis dudas, no doy ninguna respuesta ni ninguna dirección predeterminada. Solo invito al público que asista al museo a una reflexión personal y me interesa escucharles, de ser posible, en diálogo”.

La carne muerta nunca se abriga se inaugurará el 31 de agosto junto a la instalación Drones y tambores, del artista chileno residente en Londres, Ignacio Acosta (1976). El día 2 de septiembre a las 19 horas, Teresa Margolles ofrece una conferencia sobre su trabajo junto a la curadora de la muestra y  la coordinadora de Programación del Museo de la Solidaridad Daniela Berger. Para asistir se requiere inscripción previa. Más información

 

Sobre la artista

Teresa Margolles estudió arte en la Dirección de Fomento de la Cultura Regional del Estado de Sinaloa y Ciencias de la Comunicación en la U.N.A.M. Se diplomó en Medicina Forense en el Servicio Médico Forense de la Ciudad de México. Junto a un grupo de artistas fundó en 1990 el colectivo Semefo (Servicio Médico Forense). En el 2000 comenzó a trabajar de forma individual. Su obra ha sido expuesta individualmente en: Museo de Arte Moderno de Bogotá, MAMBO (2019), Colombia; Witte de With, Rotterdam (2018); Padiglione d’Arte Contemporánea , PAC, Milán (2018); Musée d’Art Contemporain, Montreal (2017); Museo de la Ciudad de Queretaro, México (2016); Migros Museum für Gegenwartskunst, Zurich (2014); Centro de Arte Dos de Mayo, CM2, Madrid (2014); Museo Universitario de Arte Contemporáneo, MUAC, Ciudad de México (2012); Los Angeles County Museum of Art, LACMA (2011), Kunsthalle Fridericianum de Kassel (2010), y en el Museum für Moderne Kunst, MMK, Frankfurt (2004) entre otros. Representó a México en la 53º Bienal de Venecia. Obtuvo Mención Honorífica en la 58a Bienal de Venecia de 2019, en el 2012 el Premio Prince Claus, de Holanda y el Artis Mundis en Cardiff; la beca de residencia DAAD 2017-2018 en Alemania. Ha sido becaria del Sistema de Creadores de Arte 2000-2006 por la Secretaría de Cultura de México.

 

Sobre la curadora 

Andrea Pacheco González es curadora e investigadora chilena residente en Madrid. Licenciada en Comunicación Social, Máster en Comisariado en Arte y Nuevos Medios y doctoranda en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Su trabajo se ha enfocado en las prácticas artísticas y culturales que atienden las problemáticas del presente: desplazamientos forzados, exilio y diásporas latinoamericanas en Europa, procesos de memoria histórica, estrategias artísticas de resistencia y subversión. Ha sido Coordinadora del Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile, donde coordinó exposiciones con artistas como David Shrigley o el colectivo Superflex. Ha sido curadora de varias colectivas (Sala Gasco, Galería Concreta, Fundación Cultural de Providencia) y muestras individuales con artistas como Juan Castillo (Galería Macchina) o Los Carpinteros (NC-arte y MAMU, Bogotá). Actualmente prepara una exposición colectiva para el Centro de Residencias Artísticas de Matadero Madrid y para CAAM, de Canarias, con el artista Dagoberto Rodríguez. Es directora de la plataforma de residencias FelipaManuela, centrada en el intercambio entre España y América Latina y El Caribe, con programas en colaboración con instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o Matadero Madrid. 

 

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