Antonio Dias, destacado artista brasileño falleció este miércoles a los 74 años. El MSSA homenajea el compromiso que tuvo con la fundación del Museo, recordando la historia de su obra “La bandera”, una instalación ideada en 1972 pero que solo fue posible realizarla en el 2012 para la conmemoración de los 40 años del MSSA.
A comienzos de 1972, Mario Pedrosa, el crítico de arte brasileño que dirigió la obtención de obras para el Museo de la Solidaridad, recibió una carta desde Nueva York de un joven Antonio Dias, artista que movido por sentimientos de amistad, compromiso político y sintonía artística, le describió una propuesta de una obra que pensó para el patio del museo que se construiría en Santiago.
Antonio Manuel Lima Dias, nacido en Campina Grande en el estado de Paraíba, Brasil, fue un artista que alcanzó el reconocimiento por su experimentación con la pintura y los soportes multimediales. Fue uno de los colaboradores más cercanos a Mário Pedrosa en la formación de la colección del Museo de la Solidaridad, aportando especialmente en la obtención de obras de artistas brasileños y de italianos vinculados al arte povera.
En la carta le contaba a Pedrosa de sus movimientos para ayudarle a conseguir donaciones de obras, describía sus rutas intentando coordinar su trabajo con Chile, además de ciertos problemas legales que lo obligaban a volver a su país. “Usted ya debe saber que todo el mundo que pasa por Chile está sufriendo la mayor persecución en el Brasil; por eso yo creo que antes de ir allá sería mejor para mí no pasar por Chile”, alertaba a Pedrosa.
Continuaba explicándole que había pintado poco pero que estaba experimentando, buscando ir más allá de los límites impuestos por los medios convencionales, muy a tono de lo que Pedrosa valoraba del arte más experimental de la época, contrario a pertenecer a circuitos comerciales o permanecer en forma estática, expuesto en un museo o una galería.
“Dentro de ese esquema es que pensé en un trabajo para el Museo de allá: una bandera. No es un trabajo para ser colgado adentro del Museo, tipo ‘Obra de Arte’. Pensé en una enorme bandera roja, solo roja, sin ningún dibujo o inscripción, con las medidas ‘clásicas’ de una bandera gigante (tal vez 5 × 8 metros) para ser izada fuera del museo (en el jardín?)”, escribió Antonio Dias.
Su deseo era que la confeccionaran en Chile y que fuese imponente por su tamaño, color y altura. “Muy lindo también sería tomar una foto de la bandera ya montada en el exterior del museo e imprimirla en una tarjeta postal que sería entregada a todos los visitantes del museo”, imaginaba.
La crítica Carla Macchiavello describe. “La obra enlazaba lo conceptual con lo material: una bandera es una tela con pigmento, una tela con pigmento es pintura, una pintura es un signo al igual que una bandera. (…) la de Dias se instalaría por fuera de la institución artística, confundiéndose con la vida diaria y ondeando en un ambiente cargado de emblemas y discursos políticos”, escribió en el catálogo razonado, “Museo de la Solidaridad Chile: fraternidad, arte y política 1971-1973″ (pág. 28).
La bandera nunca logró ser montada en esos años 70, ni el museo construido. Tras el golpe de Estado que truncó su proyecto en Chile, pasaron cuarenta años hasta que éste se hizo presente en un antiguo palacio en avenida República, bajo el nombre de Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA). Frente a sus puertas hoy también flamea la bandera creada por este artista de Paraíba.
En el 2012, le hicieron esta pregunta:
—Sospecho que el color rojo tiene que ver con el comunismo, pero ¿existe otra razón por la que hayas decidido que ese fuera el color?—a lo que Dias respondió.
—No hay nada que ver con el comunismo. El rojo en este caso quiere decir renovación, una fuerza que pueda despertar, cambiar la vida. Este rojo ha sido siempre parte de mi obra, desde el inicio. Más adelante, en 1976, hice otro trabajo, “El país inventado”, donde una bandera roja como aquella estaba colgada de una vara de pescar de bambú. En esta otra bandera faltaba una parte y el bambú se refería al tiempo cuando ya no hay más ideologías y hacemos algo para alegrarnos con el vivir.
Claudia Zaldivar, directora del MSSA, quien hizo la curatoría de la obra y motivó su realización en el 2012, cuenta. “La historia de esa bandera es una de las más emblemáticas para el proceso de recuperación que llevamos adelante hoy en el museo. Haberme encontrado con la carta que Antonio envió a Mario Pedrosa, con las instrucciones para montar la obra, fue una señal clara de la urgencia que hay por recuperar este patrimonio y su historia para todos los chilenos” y agrega respecto a Dias, “sentimos profundamente su partida. Habiendo podido trabajar con él, pudimos conocer parte de ese afecto por una historia tan profundamente vivida. Es un honor transmitir parte de su legado de arte-vida”, dice.
Dias estaba gratamente sorprendido de que su obra y el Museo hubiesen sido restituidos finalmente en Chile, pues había pasado años intentando conocer el destino de las obras y del trabajo de su compatriota Pedrosa. A su partida, ocurrida recientemente, deja un relevante legado flameando en uno de los únicos museos solidarios que se mantienen en el mundo, como señal de solidaridad y fuerza hacia nuestro país.
Una bandera, un memorial
El 11 de septiembre del 2013, cuando se conmemoraban 40 años del golpe de Estado, en el contexto de un “Ejercicio de la memoria” organizado por el MSSA, se realizó la obra “Una bandera, un memorial” que consistió en reproducir la obra La bandera, de Antonio Dias, en dieciocho sitios de memoria nacionales y a agrupaciones de chilenos en el extranjero, como un símbolo de reparación.
A las 10 de la mañana de aquel día, la bandera fue izada por cada agrupación y este gesto fue registrado y posteriormente transmitido en el MSSA.
Los sitios donde se levantó este símbolo fueron: Tres Alamos; Cuatro Alamos; Casa Memoria José Domingo Cañas; Nido 20; Villa Grimaldi; ex Clínica Santa Lucía; Memorial de Paine; Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA); plaza de Iquique (desde donde se llevará a Pisagua); Centro de Memoria de Coquimbo; Avenida Balmaceda en San Javier; cementerio de Talcahuano; Casa de la Memoria de Valdivia; Casa de los Derechos Humanos de Punta Arenas; plaza de armas de Copiapó; plaza de armas de La Serena; plaza Salvador Allende de París; Municipalidad de Aubervilliers, Francia; y Casa de la Solidaridad de Estocolmo, Suecia.
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La carta desde Nueva York
Carta que Antonio Dias escribió a Mario Pedrosa el 17 de febrero de 1972. En el Fondo Solidaridad, Archivo MSSA, fs. 3. Traducción realizada por Federico Brega del área de Archivo del MSSA.
Para ver el documento en inglés en ISSU, sigue este enlace.
TRADUCCIÓN
The Gorham Hotel
136 West 55th Street, New York 19, N.Y.
Telephone: Circle 5-1800
Mario:
Acabo de llegar aquí y ya le estoy escribiendo para hablar del asunto del Museo (la carta de Senna llegó a Milán pocos días antes de mi partida).
Los temas son dos —donación de un trabajo mío para el Museo y conseguir gratis una colección de trabajos de artistas italianos— y están considerados dentro de la perspectiva de que voy a estar fuera de Italia hasta fines de abril.
Para conseguir obras de artistas italianos, podría hacerse lo siguiente: el Studio Marconi —mi galería en Milán— quedará encargada de recolectar las obras que serán entregadas, en la fecha señalada, al consulado de Chile en Milán, que se encargará de su envío. Yo puedo escribirles directamente a los artistas para pedirles las obras. Solo necesito que usted arregle los contratos de manera que podamos conseguir expedición de los trabajos (o la “raccolta”) de Italia a Chile. Será preciso también movilizar los consulados de Turín y Roma (Embajada). Con eso, podremos conseguir una selección de lo mejor que se hace hoy en Italia.
Otra manera, tal vez más internacional sería: yo le mando a usted una lista de nombres de artistas muy buenos, de varios países, a los cuales usted o el museo les pueden mandar una carta diciendo que yo sugerí los nombres de estas personas y pidiendo [pasa a página 2] que se pongan en contacto con el consulado chileno más cercano para resolver el envío de las obras. Usted escoja el mejor modo y avíseme lo más rápidamente posible, para yo poder hacer mi parte.
De seguro, me quedo en Nueva York hasta el 15 de marzo, así que me puede escribir aquí (c/o Luis Wells, 454 W. 57th St., N.Y., N.Y. 10019). Después de esa fecha iré a Brasil por causa de una serie de complicaciones legales que necesito resolver. Usted ya debe saber que todo el mundo que pasa por Chile está sufriendo la mayor persecución en el Brasil; por eso yo creo que antes de ir allá sería mejor para mí no pasar por Chile. A la vuelta de Brasil es posible; podría ir a la Argentina o al Uruguay y de ahí viajar para Santiago, si es que el Museo puede solventar los pasajes. Creo que voy a conseguir estar libre de problemas en el Brasil cerca del 30 de abril. Si para entonces el Museo ya ha sido inaugurado, paciencia, vuelvo para Milán; en caso contrario, y si existiese la posibilidad de conseguir esos pasajes, nos encantaría estar allí.
Mi trabajo ha cambiado mucho en estos últimos meses, he pintado poco y he preferido jugar con otros tipos de trabajo. Hice algunos filmes cortos, también un disco, cosas que me sirvieron mucho para iniciar un nuevo tipo de relación con la pintura. Pienso que la idea general es poder continuar creando sin limitarme a ningún tipo de medio, me interesa ahora cualquier superficie o situación que pueda ser utilizada para transmitir lo que yo quiero transmitir-decir.
Dentro de ese esquema es que pensé en un trabajo para el Museo de allá: una bandera. No es un trabajo para [pasa a página 3] ser colgado adentro del Museo, tipo “Obra de Arte”. Pensé en una enorme bandera roja, solo roja, sin ningún dibujo o inscripción, con las medidas “clásicas” de una bandera gigante (tal vez 5 × 8 metros) para ser izada fuera del museo (en el jardín?)
- Mástil con cuerdas, lo más alto posible
- Bandera roja hecha de lana (el tejido que sea reglamentario para banderas)
- Base de cemento con la inscripción: “Proyecto para una bandera del pueblo. Antonio Dias”.
Me gustaría mucho que la bandera fuese confeccionada allá en Chile, y que fuese muy imponente por su tamaño, por su color y por su altura. Me gustaría que fuese una cosa muy clara, visible para todo el pueblo. Si va a ser colocada en un mástil en los jardines del museo o en un mástil fijado al propio edificio del museo, eso no tiene la menor importancia. Basta con que sea enorme y visible para todos. Tampoco la base de cemento con la inscripción tiene la menor importancia; puede ser una plaqueta de metal, pequeña, pegada al propio mástil (y si estuviese en el jardín, entonces en la tierra). Muy lindo también sería tomar una foto de la bandera ya montada en el exterior del museo e imprimirla en una tarjeta postal que sería entregada a todos los visitantes del museo.
Ese es un trabajo que yo creo sería muy importante para mí ver realizado allí. Es un trabajo que representa montones de cosas al mismo tiempo.
Si usted está de acuerdo, avíseme; daré todas las instrucciones necesarias para la confección de la bandera y para el montaje.
[pasa a página 4]
En este caso, me gustaría mucho que usted me mandase fotos del museo, indicando el lugar en el que podría ser montado el mástil (fachada del museo, techo del museo, jardín del museo, etc.)
Pensándolo bien, la tarjeta con la reproducción del trabajo, para ser distribuida a los visitantes, es en realidad parte del trabajo y puede ser utilizada de cualquier modo.
Mario, estudie usted las posibilidades de realizar todos estos proyectos. Yo tengo muchas ganas de poder ayudar en este trabajo. Escríbame pronto para yo poder poner todo en marcha.
Reciba un enorme abrazo mío, de Iole y de Rara,
António.