El pasado 24 de noviembre y luego de cuatro meses tras el primer Coloquio de Artes de la Visualidad realizado en la sede de Santiago del Congreso Nacional, que tenía como objetivo iniciar la discusión sobre una Política de Estado para las Artes Visuales, se efectuó en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos el primer Encuentro para un Diseño de Políticas de Artes de la Visualidad, convocado por la Dirección del Consejo Nacional de la Cultura de la Región Metropolitana.

La estructura de la actividad tuvo una sesión plenaria inicial, tras lo cual los asistentes nos distribuimos en distintas mesas de trabajo. Quienes firmamos esta columna participamos en la mesa Patrimonio e Institucionalidad, uno de los cuatros ejes temáticos de discusión que se plantearon ese día, y que se habían definido en el coloquio de julio. También la integraron Gloria Cortés y Cecilia Chellew del Museo Nacional de Bellas Artes; Samuel Salgado del Centro Nacional de Fotografía (CENFOTO) de la Universidad Diego Portales; y Carolina Olmedo, investigadora y estudiante del Doctorado en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chile. De parte del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) participaron Varinia Brodsky, Coordinadora Nacional de Artes Visuales; Eduardo Partarrieu, del Departamento de Estudios del CNCA, moderador de la mesa; y Camilo Yáñez, asesor del ministro Ernesto Ottone.

El objetivo de la mesa, según los convocantes, era identificar las principales fortalezas, logros, debilidades y problemáticas de la institucionalidad patrimonial vinculada a las artes visuales en Chile, y en base a ello proponer medidas resolutivas.

Quedó en evidencia desde un comienzo que muchos de los comentarios planteados en la sesión de julio no había sido incorporados, ya que, por ejemplo, la mesa se inició sin la presentación de un diagnóstico del sector de parte de los convocantes, y sin que los participantes tuviéramos acceso a los documentos que los organizadores utilizaron como insumos. A esto se suma que no hubo claridad sobre la futura validez y aporte que tendrían nuestras intervenciones en la discusión de la política de artes visuales, ni tampoco respecto a una legislación en patrimonio y museos para el proyecto del Ministerio de la Cultura que se discute en el parlamento, considerando la ausencia en la mesa de representantes de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM) y del Consejo de Monumentos Nacionales, instituciones que históricamente han estado a cargo de estos temas.

Asimismo, nos extrañó la escasa participación de trabajadores de otros museos e instituciones culturales que resguardan patrimonio a esta convocatoria, si consideramos que para el fortalecimiento de nuestro sector es importante junto con cuestionar, ser proactivo y participar de aquellas instancias que permitan generar una mayor conciencia, valoración, y preocupación por nuestro patrimonio de parte del Estado, y hacer escuchar sus visiones sobre estas temáticas.

Es importante indicar que las problemáticas enumeradas por los participantes de la mesa no se centraron sólo en carencias de financiamiento, que igualmente se hicieron presente, sino en la falta de regulación y desprotección de las obras patrimoniales de valor simbólico público (obras de arte y archivos), estén o no en colecciones estatales; la obsolescencia legislativa al respecto y sus diversas repercusiones; el contrapunto entre carencias en la formación en nuestro país de profesionales de las áreas de conservación y curatoría y la falta de oportunidades de encontrar trabajo en nuestras instituciones para quienes han optado por especializarse en el extranjero y vuelven al país; la poca circulación y diálogo entre nuestras colecciones patrimoniales, entre otros.

Más allá de las problemáticas identificadas y comprendidas por la mesa, nuestra preocupación radica en la incertidumbre y la inquietud, manifestada en más de una oportunidad, sobre la necesidad que desde el CNCA se trabaje consensuadamente con la DIBAM, con el objeto de no duplicar los esfuerzos de actualización y revisión del trabajo con museos, y de no descuidar la relación con una institucionalidad que ha tenido a su cargo, con falencias respecto de los museos de arte a juicio de los presentes, esta gestión en nuestro país.

En esa línea, nos parece importante que esta sea una de varias instancias futuras de necesaria participación que el tema particular requiere, así como la política de Estado antes mencionada, con el objeto de dar lugar a una articulación consensuada, fortalecida y sustentable entre los organismos relevantes al manejo del patrimonio en su más actual y amplia expresión. Esperamos también que la próxima reunión convocada por el CNCA no sea organizada en una calurosa sala de exhibiciones con obras montadas y sin climatización, como fue en esta oportunidad, para que la discusión sobre nuestro patrimonio y su protección no sea sólo palabras.

Daniela Berger, encargada de Programación del MSSA
María José Lemaitre, encargada de Archivo del MSSA
Caroll Yasky, encargada de Colección del MSSA

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