El 18 de diciembre el Museo de la Solidaridad Salvador Allende abrirá en marcha blanca la exposición ROJO, cuya apertura oficial será desde enero de 2021. Más de cien obras de la Colección ocuparán la totalidad del Museo en una invitación a reencontrarnos con los significados y conceptos de un color cuyas ideas más familiares nos hacen transitar entre la historia colectiva y los significados personales. ¿Puede un color revelar aspectos de nosotros mismos y de nuestra cultura actual? Esa es solo una de las invitaciones de esta muestra que cuenta con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través de Fondos Cultura, Convocatoria 2020, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Su apertura estaba prevista para marzo de este año pero la pandemia y las medidas de distanciamiento físico interrumpieron su montaje. Por meses, la incertidumbre y el cuidado de las personas obligaron al Museo a activar esta muestra exclusivamente en formato digital, con provocaciones y experimentos a los que ha ido invitando al público. Desde una playlist en Spotify, la activación del filtro color en las más de 2800 obras de la Colección en la web, una iniciativa de intercambio creativo de Artecorreo y recientemente un heterogéneo recetario, a través de los cuales el equipo del MSSA se ha mantenido en contacto con sus públicos, sugiriendo la provocación sensorial en torno a la exposición ROJO.
Desde el 2012 que la Colección del MSSA no ocupaba todas las salas del Museo. ROJO reúne obras producidas desde la década de los sesenta hasta la actualidad, muchas de ellas nunca antes exhibidas, en una mezcla de nombres consagrados y otros menos conocidos y que releva el rol de las mujeres artistas. Aproximándose a los conceptos asociados al color desde múltiples perspectivas reflexivas y sensoriales, el desafío es acercar la colección a los públicos a través del rojo entendido como una fuerza de renovación.
Rojo para cambiar la vida
Curada por Daniela Berger y Caroll Yasky -coordinadoras de Programación y de Colección del MSSA, respectivamente-, esta muestra encuentra su espíritu en una entrevista dada al Museo por el artista brasileño Antonio Dias el año 2012, y que habló del valor de este color como un símbolo de la renovación, una fuerza que puede despertar y cambiar la vida. Una idea que se vuelve tanto más potente en estos momentos de cambios sociales y manifestaciones populares, respecto de lo cual el Museo refresca sus prácticas y su capacidad para acompañar a las comunidades en la contingencia desde su misión fundacional.
“Esta muestra se inspira y renueva ese ejercicio resistente, político y diverso, que hoy se ve fuertemente interpelado por el estallido social de nuestro país, pese a ser originalmente concebida y articulada con mucha anterioridad”, explican las curadoras quienes desarrollaron su trabajo de investigación desde el 2018. “Ello activa nuestro compromiso con los valores civiles y los derechos humanos, nos obliga a repensar nuestro rol como Museo y transformarnos en un espacio activo de comunidad, reflexión y experimentación, que dialoga y se impacta directamente con la mirada propositiva de la sociedad”, escriben en su texto curatorial.
Esta muestra propone tres conceptos-fuerza, que sugieren una ruta para observar las obras a través de las narrativas que se encuentran en torno a este color y las unen en cada una de las salas como un conjunto, una idea conectada con profundos sentidos: ideología, campos de color y cuerpo.
Las fuerzas del rojo
De acuerdo a lo que señalan las curadoras, entendido como campos de color, el rojo nos atrapa en su desborde natural y esta es la idea que prima en uno de los conjuntos de obras de la exposición. El rojo vibra, tiene una fuerza que activa a otros colores y genera efectos visuales pregnantes, se transforma en un símbolo que moviliza los sentidos. En ello citan a Aristóteles, quien se refirió al color como pharmakon, que quiere decir “droga” para referirse a su capacidad de pasar los límites de la racionalidad. En esta línea se encuentran obras de Julio Le Parc, María Chana, Myra Landau, Wanda Davanzo y Juan José Gil.
Al pensar este color desde la ideología, quizá su asociación más evidente, ROJO nos enfrenta a las narrativas vinculadas a una izquierda progresista, muchas veces llenas de épica, como la propia historia del Museo y de las obras en exhibición que fueron donadas por artistas de diversos países para mostrar su apoyo a una causa por compromiso político y solidaridad. En ese plano destacan obras de la ex Unión Soviética, Cuba, Finlandia y Suecia, algunas de las cuales nunca han sido exhibidas en Chile hasta hoy. También están las obras de grandes artistas como el brasileño-sueco Öyvind Fahlström, el estadounidense Paul Peter Piech y el español Joan Rabascall, cuyas creaciones conducen hacia visiones reflexivas sobre luchas sociales y utopías transversales a una época y que hoy resuenan con la movilización popular en Chile. Resaltan aquí también las obras de las uruguayas Leonilda González y Teresa Vila, y la mexicana de origen polaco, Fanny Rabel.
Asociado al cuerpo este color se aproxima al erotismo, conectado a las nociones de poder y de belleza, pero también a la violencia y al dolor. Se erige como símbolo de fertilidad, de ritos ancestrales, que representados en visiones indígenas lo instalan en un cuerpo asociado a la naturaleza, lejos de las ideas de la cultura occidental. Aquí las curadoras destacan las obras de Lesbia Vent Dumois (Cuba), Olavi Lanu (Finlandia), Valentina Cruz (Chile), Josep-Grau Garriga (España) y Ritch Miller (EEUU).
Es ineludible para el MSSA que al invitar a este reencuentro reflexivo la asociación inmediata y más natural con el rojo sea alrededor de una conceptualización política. Haciéndose cargo de herencias e historia, el Museo revela los pensamientos progresistas que dieron origen al proyecto de este Museo atípico en 1971 y cuyo modelo fue recientemente reconocido en la 11ª Bienal de Berlín, por presentar una alternativa distinta y solidaria a la que impera en el mercado del arte dominado por los circuitos institucionales de países desarrollados.
El color no es trivial
Desde comienzos de año el Museo ha ido invitando al público a sumergirse en los significados de este color, a través de distintos ejercicios sensoriales. Ahora que ya podrá abrir sus puertas, contando con medidas que aseguren la salud de los visitantes, se propone experimentar en la Sala de Experiencias ubicada en el zócalo del Museo, donde desde la teoría del color y las emociones, se invita a realizar seis ejercicios creativos sobre la relevancia del color en nuestras vidas, teniendo como telón de fondo obras de los artistas Kjartan Slettemark, Victor Vasarely y Sérvulo Esmeraldo.
Jessica Figueroa, coordinadora del área de Programas Públicos, cuenta que se han desarrollado protocolos para dar continuidad a las metodologías con las que funciona la mediación artística del Museo y así recibir grupos acotados de personas que permitan recorrer la muestra de manera presencial con encuentros especiales en torno a las obras. Al mismo tiempo, se mantendrá el trabajo virtual sobre todo con establecimientos educacionales que se interesen en las actividades del Museo pero tengan dificultades para llegar a él, como también ante la eventualidad de volver a nuevas cuarentenas.
Carta de Antonio Dias en Lengua de Señas Chilena (LSCh).
Retomar el museo inclusivo
Uno de los proyectos más ambiciosos para el que se preparaba el MSSA en marzo y que debió ser interrumpido en su puesta en marcha hacia la comunidad, reinicia su desarrollo también al alero de la Mediación, desde donde consideran que esta muestra es una de las mejores oportunidades para iniciar estas acciones dada su invitación a explorar la colección desde una multiplicidad de sentidos y de percepciones poco explotadas hasta ahora. En este sentido cabe destacar ciertos guiños museográficos de la exposición que buscan facilitar esta aproximación: la altura de montaje de las obras es más baja; hay iluminación especial, sonidos y olores que exaltan y provocan al público.
“Este enfoque inclusivo, tiene implicancias muy importantes en cómo pensar las actividades, los encuentros y los diálogos en torno a la exposición”, dice Jessica explicando el desafío que significa para personas no oyentes desarrollar actividades donde el sonido no es lo más importante. “Generar actividades adecuadas en las que podamos prescindir de la escucha, pasa por considerar el tener intérpretes de Lengua de Señas Chilena, invitar especialmente a comunidades educativas sordas para que recorran el Museo, generar encuentros en donde la comunidad sorda y personas oyentes disfruten juntas de manera inclusiva experiencias donde podamos compartir, conocernos y también entender cómo se vive el mundo desde lo que significa el no escuchar”, dice.
Para ello, habrá talleres de experimentación centrados en procesos creativos colectivos, donde la experiencia se potenciará principalmente en desarrollar propuestas creativas consensuadas. Para párvulos, habrá actividades para trabajar con la obra de Julio Le Parc, vinculada a la literatura infantil para comunidad sorda, artes visuales y gestualidad. Para adolescentes, habrá un taller de experimentación que a través de la pintura y dibujo a gran escala, trabajará mapas corporales para experimentar con la teoría del color y con campos de color en el cuerpo y los sentidos.
Para jóvenes y adultos habrá recorridos conversados siempre centrados en el diálogo a partir de la reflexión. “Esta acción va a significar recorrer también la exposición pero trabajando esta idea de la percepción de los campos de color desde el cuerpo y la política con la elaboración de un libro colectivo, un libro de artista colectivo”, adelanta Jessica.
ROJO y CovidUna de las mayores preocupaciones del Museo y que hizo postergar la inauguración de ROJO, ha sido la de no transformarse en un foco de contagio y asegurar que tanto sus trabajadores como el público se mantengan sanos en sus espacios.
En este plan, se establecerá durante diciembre un periodo de marcha blanca para ir evaluando la efectividad y comodidad para el público, adaptándose a la contingencia sanitaria en forma dinámica durante el 2021.
Más información sobre la marcha blanca y formas de visitar el MSSA en esta nota.