Con Memoria incandescente (la violenta blancura del horror) de Guillermo Núñez, y Fragmentos de Héroes de Máximo Corvalán-Pincheira en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA), se cierra un ciclo de exposiciones cuyo eje temático es la memoria y que agrupamos en un gran proyecto denominado Cartografía de la Resiliencia.
Cartografía, porque refirió a todos los momentos en torno al Golpe de Estado, los previos y los posteriores. Y resiliencia, porque alude a la capacidad de las personas para sobreponerse a los dolores y los traumas.
Este proyecto se inició en marzo con Activación de la Memoria y continuó con Imaginarios de la Resistencia, exposición que interrumpimos entre el 11 y el 15 de septiembre. En esos días conmemoramos los 40 Años del Golpe con Ejercicio de la Memoria, seis gestos planteados como una reflexión instalada desde el Chile actual. Esta reposición de Imaginarios de la Resistencia mantiene el mismo hilo conductor: la memoria como un ejercicio reflexivo y de introspección.
Memoria incandescente (la violenta blancura del horror) está construida por dos relatos al unísono, que denotan dos tiempos: el de la tortura y el del exilio. Ambas emergen de un mismo caudal de violencia: el de la ceguera forzada, que el artista sufrió por cinco meses en los campos de concentración de la dictadura; y el de la resistencia a morir.
Núñez ancla a nuestra memoria el sentido brutal de la violencia a 40 años del Golpe, la conjura de la violencia física del cuerpo, que acompañó el poema Palabras de Eugenio Llona. Este escrito –publicado en 1978 en Roma, bajo el seudónimo de Horacio Silva– fue una denuncia material de lo que sabíamos y que muchos años después pudimos comprobar a través de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura.
En estas obras producidas durante su exilio en Francia, entre 1975 y 1987, el artista es un sujeto histórico que interpela no solo sus dolores, sino todos los dolores a través de los trazos de los cuerpos.
Sobre el artista
Guillermo Núñez, artista visual, fue galardonado con el Premio Nacional de Arte en 2007. En 1971 asumió como director del Museo de Arte Contemporáneo de Santiago y creó el Premio Artista del Pueblo. En 1975 fue detenido tras la clausura de una exposición que resultó polémica. Fue expulsado del país y se exilió en Francia, donde vivió hasta 1987, cuando se autorizó su regreso a Chile. Ha recibido numeroso premios y sus obras se han expuesto en los principales museos del mundo.